¿Cuáles son los principales cambios en el cuerpo al entrar en la menopausia?
El cuerpo de la mujer es un sistema muy inteligente lleno de hormonas que son esenciales para el perfecto funcionamiento de un mecanismo que genera una nueva vida y le da la oportunidad de venir al mundo. Varias fases componen la vida de una mujer, y en el siguiente artículo desvelaremos los cambios que se producen en el cuerpo de una mujer cuando entra en la menopausia.
La fase de la adolescencia, en la que se despierta la sexualidad, está llena de dudas, miedos e incertidumbres. En la edad fértil, las mujeres encuentran muchas respuestas a sus anhelos y cuando deciden ser madres, acaban comprobando lo importante que es la salud de cada parte de su cuerpo, hormona o célula en este viaje.
Cambios en el cuerpo al entrar en la menopausia
Con la llegada del climaterio, las mujeres pasan por un periodo de cambios corporales que pueden durar varios años. Esta transformación puede traer consigo malestar y necesidades de adaptación. Por lo tanto, conocerlos es el primer paso para aprender a vivir y superar esos cambios. Vea cuáles son estos cambios:
Aumento de la grasa abdominal
Con la ausencia de hormonas femeninas, el cuerpo cambia su forma de acumular grasa. Lo que antes se depositaba en los muslos y las caderas comienza a acumularse en el abdomen, un patrón más común entre los hombres.
En esta situación, es necesario prestar atención a la dieta, evitando alimentos ricos en grasas y azúcares refinados, así como mantener una rutina frecuente de actividad física. Si es posible, la mujer puede optar por actividades aeróbicas en las que haya un mayor gasto de color como, por ejemplo, correr y montar en bicicleta.
Fragilidad ósea
La falta de estrógenos provoca fragilidad ósea, lo que hace que las mujeres sean conscientes de su mayor riesgo de osteoporosis. Con los huesos más frágiles y quebradizos es necesario analizar los niveles de vitamina D y calcio en el organismo para mejorar la situación.
Debilitamiento de los músculos y las articulaciones
Con la disminución de los estrógenos, también disminuye la absorción de calcio por parte del organismo. El calcio, a su vez, interfiere en el fortalecimiento de los músculos y las articulaciones. Por lo tanto, también hay que vigilar la dieta para que haya una evolución en este sentido.
Resequedad de la piel
En cuanto a la piel, con la llegada de la menopausia se vuelve más fina, seca y flácida. Este cambio muestra el acentuado envejecimiento que experimentan las mujeres durante esta fase de la vida. También hay que prestar atención a la exposición al sol, ya que la piel sensible no lo lleva bien.
Pérdida de cabello
Con la caída de las hormonas femeninas, las hormonas predominantemente masculinas tienden a ejercer una mayor actividad. Esto provoca una pérdida anormal del cabello, así como la aparición de pelo en lugares donde no existía, como la cara, el pecho y el abdomen.
La aparición de olas de calor
Los sofocos, típicos de las mujeres menopáusicas, se producen porque el hipotálamo se altera debido a algunas reacciones químicas que se producen en el cerebro.
Al ser un regulador de la temperatura corporal, este desequilibrio acaba provocando olas de calor que van y vienen sin previo aviso y que perturban, sobre todo, la calidad del sueño. La dilatación de los vasos sanguíneos provoca incluso sudoración, lo que incomoda a las mujeres.