El color de la orina puede revelar cualquier cosa, desde una sobredosis de remolacha hasta infecciones del tracto urinario y tumores. Averigua qué dice el color de la orina. ¿Qué haces después de orinar? Si usted es una de esas personas que tiran de la cadena sin ni siquiera comprobar discretamente su orina, merece la pena echar un vistazo, porque este fluido tiene mucho que revelar sobre nuestra salud.
Producida por los riñones a partir de la filtración de la sangre, la orina es uno de los principales mecanismos del organismo para eliminar sustancias innecesarias y subproductos del metabolismo, que podrían causar daños si se acumulan.
El agua constituye el 95% de la composición de la orina, mientras que el 5% restante está formado por urea, toxinas, algunos minerales y otras sustancias. Sin embargo, en función de la ingesta de determinados alimentos o medicamentos o de la presencia de un problema de salud, puede producirse un cambio en la composición de este fluido, lo que conlleva un cambio en su color.
Vea lo que dice el color de la orina y lo que puede revelar sobre su salud:
- Orina de color amarillo claro
Este es el color normal de la orina. Si no experimentas ningún síntoma como ardor, dolor o dificultad para orinar, probablemente significa que tu cuerpo está bien hidratado debido a que bebes la cantidad adecuada de agua y que tus riñones están funcionando bien.
- Orina clara
Cuando la orina se vuelve demasiado clara, es señal de que está demasiado diluida. En este caso, lo primero que hay que hacer es valorar si se está bebiendo demasiada agua, lo que hace que los riñones trabajen más para eliminar los líquidos innecesarios.
Además, la orina puede volverse transparente en casos de diabetes no controlada, lo que también hace que la persona necesite ir al baño con más frecuencia.
- Orina amarilla intensa
Un color amarillo denso indica que la orina está más concentrada, lo contrario de la orina clara. Este color se considera normal para la primera orina de la mañana, ya que pasamos varias horas sin ir al baño ni beber agua.
Sin embargo, si aparece durante el día, debes aumentar la ingesta de líquidos y observar lo que ocurre la próxima vez que orines, ya que tu cuerpo puede estar ligeramente deshidratado.
- Orina amarilla oscura o de color miel
La orina de color amarillo oscuro puede indicar niveles más altos de deshidratación, que pueden abordarse aumentando la ingesta de agua y evitando actividades intensas que eleven la producción de sudor.
Sin embargo, si esta tonalidad se mantiene durante varios días o pasa del amarillo oscuro al color miel o incluso al marrón, puede ser un signo de deshidratación más profunda, mayor riesgo de formación de cálculos renales y problemas hepáticos.
- Orina naranja
La orina puede volverse anaranjada debido a una ingesta elevada de alimentos ricos en betacaroteno, como la calabaza, el caqui, las zanahorias, la papaya y el mango, o a la ingesta de suplementos vitamínicos o algunos medicamentos. En este caso, el cambio de color de la orina es temporal y no es un signo de problemas.
Sin embargo, si el color naranja persiste durante varios días o se hace más intenso, puede indicar deshidratación, problemas de vesícula biliar o enfermedad hepática.
- Orina rosa o roja
Una de las causas más comunes de la orina rosada o roja es la ingesta abundante de remolacha o de alimentos de color rojo, que no suponen una amenaza para el organismo.
Sin embargo, estas tonalidades también pueden producirse por la presencia de sangre. En el caso de las mujeres durante el periodo menstrual, se trata de una alteración temporal que se produce debido a la mezcla de fluidos tras su eliminación por el organismo, sin que ello indique ningún problema.
- Orina azul o verde
Estos colores suelen ser el resultado de la toma de medicamentos que contienen azul de metileno, un colorante que es excretado por los riñones y se mezcla con la orina, haciéndola azulada o verdosa.
Además, estos colores pueden producirse por el consumo de espárragos y algunos tipos de bebidas coloreadas, como la cerveza verde típica de Irlanda, o como resultado de una infección bacteriana.